La importancia de ventilar la casa y el confort interior
El confinamiento debido al Coronavirus nos ha cambiado completamente nuestro día a día y esto ha impactado directamente en la manera en que vivimos en nuestras viviendas. Hasta ahora, la mayoría de nosotros, estábamos muchas horas fuera de casa trabajando o estudiando, y estábamos en casa sólo algunas horas al final del día y durante la noche. Ahora, familias enteras se han de pasar 24 horas al día en casa, y nos planteamos el confort de nuestra vivienda.
En muchos artículos ya se habla de la necesidad de replantear las viviendas y que todos tengan elementos como balcones o terrazas. Para EVOWALL el confort es uno de los puntos básicos en todas nuestras casas. Y como confort no entendemos sólo el confort térmico, sino otros elementos como la iluminación natural o la calidad del aire interior proveniente de ventilar la casa correctamente.
La necesidad de ventilar la casa
La ventilación es un elemento muy importante en el confort de una vivienda pero que no se da normalmente importancia más allá de abrir ventanas y ventilar las estancias por la mañana. Pero en épocas como ésta o edificios particulares como pueden ser los hospitales, la ventilación es un elemento clave. Si no tenemos una ventilación correcta los niveles de CO2 en el aire pueden aumentar drásticamente, sobre todo si estamos muchas horas o con mucha gente continuamente en una estancia.
El aumento de la concentración de CO2 provoca el cansancio, pérdida de rendimiento, dolor de cabeza, falta de concentración, aumento del ritmo respiratorio, etc. Para unos niveles óptimos de oxígeno deberíamos ventilar la casa varias veces durante el día, más aún si por ejemplo hacemos ejercicio físico dentro. Este hecho hace que en caso de ser pleno invierno impacte directamente en el confort térmico y en la factura energética.
La ventilación mecánica
El estándar Passivhaus en el que basamos todas nuestras casas, prevé la instalación de un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor para una calidad del aire óptima durante todo el día sin necesidad de ventilar la casa de «manera tradicional» abriendo ventanas. La ventilación mecánica consiste en la extracción e impulsión continua de aire exterior. Se extrae el aire «sucio» interior cargado de CO2 y se impulsa al interior aire «limpio» con O2 del exterior. Este aire del exterior previamente es filtrado para evitar las impurezas y así reducir además los alérgenos. Esto tiene sentido en una casa que tenga una alta hermeticidad, es decir, que no entre el aire por lugares no deseados. La hermeticidad es otro punto fundamental en una vivienda pasiva. (Para más información lee nuestro artículo sobre la hermeticidad)
Ventilación mecánica con sistema de recuperación Zehnder
La recuperación de calor, además, permite aprovechar la temperatura del aire interior para climatizar el aire exterior que entramos, hasta un 90% de eficiencia. El aire exterior, durante el invierno, se calienta con el aire interior que se extrae y entra en la casa a una temperatura muy cercana a la temperatura de confort interior. En verano trabaja a la inversa, refrescando el aire que entra. Este sistema nos proporciona un confort óptimo durante todo el día, cualquiera que sea la ocupación de la vivienda y las actividades en el interior.
La concentración de CO2
En cuanto a la concentración de CO2, se mide en partes por millón (ppm) y el valor máximo recomendado es de 1.000ppm, el llamado coeficiente de Pettenkofer. Para que nos hagamos una idea de las cifras, los valores habituales en el exterior están por debajo de las 400ppm (depende de la contaminación). En una habitación en condiciones normales durante la noche puede subir hasta las 2.500ppm. A partir de las 2.000ppm de concentración de CO2 nos afecta el descanso: somnolencia, mal dormir, etc. pero también nos afecta en el bienestar durante el día, en la concentración y el rendimiento.
La ventilación mecánica nos asegura mantenernos por debajo de las 1.000ppm durante las 24h del día, sea cual sea la actividad en el interior de la vivienda. Los sistemas de ventilación se autorregulan según la empleabilidad y actividad midiendo continuamente la concentración de CO2. Y lo consiguen sin corrientes de aire evitándonos malestar o resfriados. Además, con el hecho de que la admisión del aire se hace en zonas no accesibles y a través de conductos suficientemente largos, no hay riesgo de que el coronavirus pueda llegar al filtros. Esto se debe a que no se propaga por el aire si no que necesita de un medio húmedo (gota) de transmisión, tal y como explicaron las autoridades sanitarias, que también han destacado la necesidad de ventilar bien tanto las viviendas como edificios de otros usos.
Estamos seguros de que esta pandemia cambiará muchas cosas, y una de ellas será sin duda el concepto que tenemos del confort en las viviendas.